Colombia avanza hacia la semana laboral de 42 horas: ¿cuáles son sus impactos?

Actualidad economica y sectorial20-06-2024

El 15 de julio de 2023, Colombia avanzó con la entrada en vigor de la Ley 2101 de 2021, que inició un proceso gradual de reducción de la jornada laboral ordinaria de 48 a 42 horas semanales. Esta medida, que se implementará en tres etapas hasta el año 2026, busca aumentar el rendimiento, mejorar el bienestar de los trabajadores y promover el equilibrio entre el empleo y la vida personal, lo que trae varios retos al actual sistema productivo del país.

Aunque su entrada en vigor será gradual, gremios como Fenalco y la ANDI han destacado su preocupación al considerar que es una iniciativa que estimula la informalidad, eleva los costos laborales de contratación y genera cargas excesivas a las nóminas de las empresas, lo que seguramente desincentivará la generación de empleo, sobre todo en momentos en los que el mundo está en proceso de reactivación económica a largo plazo.

Desde el año pasado cuando se aplicó la primera reducción, el Ministerio de Trabajo aclaró algunos efectos inmediatos de la normativa teniendo en cuenta que ahora la jornada máxima es de 47 horas: no hay lugar a la disminución de salario ni la afectación de derechos adquiridos y garantías de los trabajadores. En este sentido, el aumento del valor de la hora diaria, ya que el trabajador continuará recibiendo la misma remuneración por menos tiempo laborado.

Por lo tanto, los empleadores deben calcular el nuevo valor del tiempo trabajado para efectos de liquidar el costo de las horas extras y los recargos nocturnos, dominicales y festivos.

Jaime Cabal, presidente de Fenalco, ha lanzado sus alertas ante la progresividad de la iniciativa, pues “este es un proyecto de ley que fue pensado en un país que no es el de hoy. Las circunstancias que rodean su aprobación son sustancial y dramáticamente distintas luego de una pandemia, protestas y bloqueos que dejaron a Colombia en una difícil situación económica y así nos digan que su implementación será escalonada, es un durísimo golpe al reemprendimiento y la reactivación, que de seguro va a tomar varios años y traerá como consecuencia una mayor informalidad laboral”.

Impactos en la formalización de empleo y principales sectores económicos

Fenalco ha resaltado algunos inconvenientes con el avance de la ley, pues desde la hora 42 las adicionales serían extras y para sectores como comercio, turismo, servicios y economía naranja, que funcionan en horas nocturnas y fines de semana, implicaría un incremento
aproximado del 20 % en los costos laborales.

“No es posible reemplazar con productividad esas horas en sectores que tienen necesariamente que trabajarlas”, destacó Cabal.

De hecho, los principales gremios destacan que, aunque la jornada actual ya es de 47 horas, la normativa vigente las reduce por cuenta de los permisos sindicales, la calamidad doméstica, el ejercicio del sufragio, las licencias de maternidad, paternidad y luto, las incapacidades, el día de la familia, entre otros.
 

En el primer trimestre de 2024, se registraron 51.827 empresas nuevas en Colombia. Esto supuso una baja del 30 % con respecto al primer trimestre del año 2023, cuando se registraron 74.143.

De este modo, estos son algunos de los asuntos y retos que plantea la reducción de la jornada laboral en Colombia para los principales sectores económicos:

Conclusiones y datos adicionales

La implementación de la semana laboral de 42 horas no es uniforme para todos los sectores. Algunas actividades, como las consideradas esenciales, tienen excepciones.

A su vez, las empresas tienen la flexibilidad de distribuir las horas de trabajo a lo largo de la semana, siempre y cuando se cumpla con los máximos diarios y semanales establecidos por ley, con el objetivo de incrementar la productividad en Colombia que es un reto permanente para la economía nacional.

La reducción de la jornada laboral en Colombia presenta tanto oportunidades como desafíos para los diferentes sectores económicos. Si se implementa de manera adecuada y se acompaña de políticas de apoyo, entre las que están incentivos fiscales y programas de capacitación, podría conducir a una mayor productividad, bienestar de los trabajadores y competitividad a largo plazo. Sin embargo, es crucial que los actores gubernamentales, empresariales y sindicales trabajen juntos para diseñar e implementar medidas que mitiguen los posibles impactos negativos y maximicen los beneficios para todos los involucrados.

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