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Activismo del líder empresarial

 

¿Quiénes son Joan Francesc Cánovas y Silvia Alsina?

Joan Francesc Cánovas es licenciado en Ciencias de la Información. Fue director de la Oficina de Comunicación del Gobierno de la Generalitat de Catalunya y miembro del Consejo de Administración de la Corporación Catalana de Radio y Televisión. Es director del máster en Comunicación Corporativa y Estratégica, director del posgrado en Transformación Digital de las Organizaciones y profesor asociado de la Facultad de Comunicación de la UPF-BSM.

Silvia Alsina es profesional de la comunicación con más de 25 años de experiencia trabajando para la alta dirección de más de 200 compañías. Es propietaria y CEO de Roman RM. Propietaria de La Casa de Carlota, estudio de diseño y branding reconocido por la ONU como un modelo de innovación e impacto social único en el mundo. Además, es cofundadora de Nactiva, el primer market builder de Capital Natural de Europa.

Desafíos del líder activista 

Hoy los líderes se han vuelto movilizadores de grandes causas porque el activismo no es exclusivo de las organizaciones sociales, sino una actividad innata del ser humano. Por esa razón, nuestros expertos hablarán sobre por qué es importante gestionar la reputación en una organización y qué papel juegan las redes sociales en el activismo empresarial, entre otros.

 

Manito arriba

6 lecciones sobre activismo empresarial

Joan Francesc Cánovas

  1. El activismo no es algo exclusivo de las organizaciones sociales. Ser activos es innato al ser humano porque todos tenemos algo para comunicar. Sin embargo, en ese proceso nos enfrentamos a los tres principales miedos de cualquier persona: ridículo, rechazo y error (sobre todo este último, porque nuestra sociedad condena el error). Por esta razón, la mejor manera de enfrentar los temores es ser conscientes de que hay dos tipos de cosas: 
     
    • Las que no dependen de mí. Esto se gestiona, es decir, hacemos lo que podemos.
       
    • Las que dependen de mí. Esto se cambia y no tenemos excusa para no hacerlo.
      (Amplía este tema en nuestra memoria de bolsillo: Decálogo del líder activista).
       
  2. El activismo hoy consiste en estar tan próximos como podamos a las soluciones que nos plantea nuestro mundo. Hablar más de la solución que del problema. Y estar cerca no quiere decir solo contemplarlo, quiere decir participar. La comunicación se ha convertido en un elemento estratégico para existir en nuestra sociedad. Si no comunicas, no existes. Los valores de nuestra organización y su posicionamiento social conducen a la relevancia pública y facilitan el consumo. Sin valores proyectados no eres significativo. 
     
  3. Todo tiene riesgos. No hacer nada también es un riesgo. Pero hoy, es más arriesgado no decir nada que decir algo. No nos lavemos las manos ante un mundo que cambia. Participar de esta sociedad es el camino. Es mejor construir que destruir. Siempre en positivo mejor que en negativo. Y, sobre todo, situándonos siempre más cerca de la solución que del problema. 
     
 

Silvia Alsina

  1. Según los resultados de 2023 de la reconocida encuesta anual “Edelman Trust Barometer”, a nivel global hay una enorme polarización por la falta de confianza en las instituciones, la crisis económica, la desinformación y por falta de liderazgo. Un sentimiento generalizado es que los gobiernos son incompetentes y poco éticos. Sin embargo, la encuesta evidencia que, en los países más divididos, las empresas son percibidas como las instituciones mejor valoradas (en comparación con los gobiernos, tienen 30 puntos más en ética y 53 puntos más en competencia). Así mismo, el 86 % espera que los CEO desempeñen un papel de fortalecimiento del tejido social. Sin duda, los líderes están ante una gran oportunidad para ser activos, visibles y diseñar futuros que impulsen cambios para tener una mejor sociedad.  
     
  2. Anteriormente, las empresas velaban por los intereses de un solo stakeholder: el accionista. Hoy la sociedad exige repartir valor a todas las audiencias que sean impactadas por una organización. Por esa razón, las empresas son agentes de cambio y la reputación es el “termómetro” que mide qué tan bien valorada y querida es esa organización. Tener mejor reputación es sinónimo de mejores resultados. Por ejemplo, Tim Cook, CEO de Apple, fue la persona que -sin quererlo- inspiró el término de CEO activista. Harvard Business Review acuñó este término por primera vez a Cook, por esas causas sociales que apoyaba genuinamente. Gracias a ello, 2015 fue el mejor año fiscal para Apple, logró un récord histórico de resultados para la compañía y experimentó un crecimiento del 28 % en los ingresos. Finalmente, hay que tener en cuenta que los tres drivers del éxito en materia de reputación son: afecto, admiración y respeto.  
     
  3. Una empresa que quiere tener futuro (y un líder que quiere impulsarlo), debe tener en cuenta cuatro aspectos: elevar la mirada, escuchar a las audiencias, anticiparse a los cambios y asumir compromisos. Igualmente, hay que comunicar valor social / dividendo social (es decir, el impacto). Hay que enviar mensajes claros con lenguaje accesible y con los interlocutores correctos. Y, desde luego, es vital el momento en que se envía un mensaje y la proporción con la que se hace. Adicionalmente, hay que tener en cuenta los nuevos KPI: mantener a las audiencias informadas, interesadas, implicadas e inspiradas. 
     

Memorias de bolsillo sobre activismo de los líderes

El activismo es una actividad que trasciende a las organizaciones sociales. De hecho, ser activos es una cuestión humana porque quien no comunica, no existe. Por eso, los líderes deberían preguntarse, ¿cómo estar presentes en el mundo de hoy? ¿Cómo gestionar el miedo que nos produce hacer el ridículo, ser rechazados y cometer errores?
 

Aquí te compartimos algunos consejos de Joan Francesc Cánovas y Silvia Alsina, para fortalecer tus competencias como líder activista. Descarga los PDF, guárdalos en tu celular y compártelos con otros colegas que los necesiten.

 
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