Así se mueve hoy la logística como engranaje del desarrollo económico de Colombia
Actualidad economica y sectorial09-12-2025
En el panel de control de la actividad económica del país, hay una pieza clave que sirve para darle un mayor impulso: la logística. Un engranaje que, más allá de mover mercancías, articula tiempos, rutas y decisiones.
La logística consiste en gestionar, planificar y controlar el flujo de bienes, servicios e información dentro de las cadenas de suministro hasta llegar al consumidor final. Es, además, un elemento fundamental para el funcionamiento del comercio, tanto nacional como internacional, al satisfacer las demandas del mercado y aumentar la competitividad de la economía.
En ese contexto, esta industria no se mantiene estática. Por el contrario, está atravesando transformaciones que están redefiniendo la manera de operar de un sistema que conecta productores, bodegas y consumidores en un circuito que exige movimiento constante y sincronía.
Un sector en movimiento
Para entender cómo se mueve esta actividad, es importante establecer dos conceptos clave: las cadenas de suministro y las rutas de distribución.
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Las cadenas de suministro son, en esencia, el camino que recorren los productos desde que son una idea hasta que llegan a las manos del consumidor. Es un recorrido que integra a todos los actores que hacen posible ese tránsito, es decir, quienes producen, quienes transforman, quienes almacenan, quienes transportan y quienes finalmente venden. En otras palabras, son como una red coordinada donde cada paso, por pequeño que parezca, impacta en el siguiente.
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Ahora bien, dentro de ese gran mapa aparecen las rutas de distribución. Estas definen por dónde se mueve la mercancía, en qué orden se entregan los pedidos, qué medios de transporte se usan y cómo se optimizan los tiempos y costos. Para hacerlo, se apoyan en software de ruteo, monitoreo en tiempo real y elección del modo de transporte (carretero, marítimo, fluvial o aéreo).
En resumen, son complementarias: la primera articula el proceso; la segunda lo hace avanzar sobre el terreno.
Para mantener ese ritmo y optimizar cada eslabón de esta dinámica, la industria ha venido implementando diversas estrategias que responden a factores clave como la sostenibilidad, la tecnología y la infraestructura.
De acuerdo con Julio Enrique Duarte, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá, varias tendencias están marcando el pulso de la logística. Entre ellas, la multimodalidad (que combina dos o más modos de transporte para optimizar costos), la visibilidad en tiempo real para cumplir promesas de entrega, el nearshoring como vía para tener contratos más flexibles y proveedores más cercanos, y la sostenibilidad regulatoria, que exige medir la huella de carbono y la eficiencia energética.
El experto también señala la planificación con inteligencia artificial (IA) como una de las apuestas que más terreno está ganando. Esta tecnología se usa para generar pronósticos más finos y simular escenarios que mejoren la gestión de inventarios y la capacidad operativa. Su objetivo, a grandes rasgos, es buscar habilitar entregas más rápidas y a un menor costo total.
En paralelo, la industria explora tecnologías que hace pocos años parecían futuristas. La trazabilidad con blockchain empieza a ganar espacio para garantizar transparencia en cada eslabón de la cadena, reduciendo riesgos de fraude y mejorando la confianza entre actores.
En los centros de distribución, la robótica y los sistemas automatizados se convierten en aliados para acelerar el picking y el packing, mientras que los gemelos digitales permiten simular operaciones completas antes de ejecutarlas, anticipando cuellos de botella y optimizando recursos.
Incluso la última milla se reinventa con pruebas piloto de drones y vehículos autónomos, que prometen entregas más rápidas en entornos urbanos complejos.
En esa misma línea, Duarte destaca la gestión de riesgos como una práctica que está tomando fuerza en la industria de distribución, especialmente ante el panorama geopolítico actual. Esto incluye la adopción de buffers, rutas alternas y políticas de stock para sortear eventos como el bloqueo del canal de Suez o las tensiones derivadas del conflicto en Medio Oriente.
El transporte multimodal es un sistema en el que una misma carga se mueve usando dos o más modos de transporte. Los más comunes incluyen:


Entra el comercio electrónico
Estas tendencias no emergen de manera aislada. Son la respuesta a un entorno donde el consumidor digital exige entregas más rápidas, más visibles y flexibles. Ahí es donde el comercio electrónico se convierte en un actor decisivo que está moviendo el eje de la logística.
De hecho, el dinamismo impulsado por este medio y por las nuevas tecnologías es innegable. Entre 2016 y 2024, tan solo en Colombia, las transacciones por este canal se multiplicaron por dieciséis.
Arnulfo Cuervo, presidente de la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga), señaló que este comportamiento ha generado una fuerte presión sobre la demanda de servicios logísticos y de transporte de carga, pues “el consumidor exige que los bienes adquiridos lleguen directamente a su lugar de residencia”. En consecuencia, se ha incrementado la actividad en los puertos, los centros logísticos y la última milla, derivando en una demanda adicional tanto de vehículos livianos como de vehículos pesados articulados.
No obstante, este crecimiento también trae consigo desafíos, como la influencia y la transformación procedentes de las plataformas de comercio extranjeras.
“Algunas plataformas tecnológicas extranjeras, especialmente de origen chino, como lo han manifestado voceros del empresariado colombiano, ejercen presiones competitivas sobre el aparato productivo nacional. Esto ha modificado la estructura origen-destino de los viajes, desplazando la actividad hacia los puertos y reduciendo la conexión con orígenes nacionales”, indicó el líder gremial.
En cuanto al impacto económico, el decano Duarte destacó que el también conocido como e-commerce se ha posicionado como un motor logístico. Prueba de ello, es que en el segundo trimestre del 2025 esta categoría movió $26,9 billones en Colombia (3 % más que el año anterior), empujando la última milla, bodegas urbanas y modelos de micro-fulfillment.
“La adopción de IA y analítica permite consolidar pedidos, ajustar rutas en vivo y mejorar promesas de entrega. Con un entorno global todavía volátil en fletes, las cadenas se vuelven más digitales, más cercanas al cliente y más medibles (servicio, costo y carbono)”, añadió.


Panorama logístico en Colombia
Visto desde la operación diaria, estas tendencias pueden parecer globales. Pero su impacto aterriza con fuerza en lo local, donde la infraestructura, los costos y la tecnología trazan un escenario complejo, aunque repleto de oportunidades para mejorar la competitividad logística del país.
De acuerdo con el Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial (LPI, por sus siglas en inglés), el país ocupa el puesto 66 entre 139 países. El informe destaca que, si bien Colombia ha evidenciado mejoras en términos de seguimiento, localización y puntualidad, aún persisten desafíos en materia de trazabilidad de carga y tiempos de despacho aduanero.
A esto se suma que, actualmente, las cadenas de suministro globales están fuertemente influenciadas por la competencia entre Estados Unidos y China, así como por tensiones geopolíticas que afectan el tránsito global de mercancías.
Esta situación impacta directamente a Colombia, dado que esas dos naciones son, simultáneamente, los principales socios comerciales del país: Estados Unidos, como proveedor y comprador clave de alimentos, energía y bienes industriales intermedios; y China, como fuente principal de bienes industriales intermedios y finales.
El transporte de carga por carretera no se queda de lado. En este frente, los expertos destacan que persisten grandes retos en movilidad, puesto que el parque automotor y la población continúan creciendo, pero la infraestructura vial no avanza al mismo ritmo.
En el caso de la operación portuaria, esta conserva dinamismo. De acuerdo con la Superintendencia de Transporte, entre enero y agosto de 2025 se movilizaron cerca de 113 millones de toneladas, con mayor participación de los puertos del Caribe, especialmente Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, que concentran el comercio de contenedores y granel.
Con ese panorama a la vista, Arnulfo Cuervo resaltó la necesidad de que el país fortalezca las cadenas nacionales de suministro. Esto permitiría corregir desequilibrios como la falta de viajes redondos y la proporción de desplazamientos vacíos o con carga parcial. También mencionó la importancia de elevar la eficiencia en la conexión con las cadenas internacionales, reduciendo demoras en los puertos y en la redistribución de mercancías.
A eso se le añade la urgencia de impulsar la inversión privada en infraestructura, así como de poner el foco en la seguridad vial. En especial, considerando que estos factores reducen la productividad del capital y del trabajo en el transporte de carga, generando presiones sobre los costos y el precio final de los productos.
“Para los transportadores de carga, el movimiento del comercio siempre es positivo, pero lo es aún más cuando se fortalece la integración con las redes de producción, distribución y comercio internas. Colombia necesita más comercio exterior de exportación, para equilibrar la balanza de viajes cargados de ida y regreso, y mayor producción nacional, que permita dinamizar la economía interna y al sector”, concluyó.


Al final, la logística sigue siendo ese sistema que sostiene, de manera casi invisible, una parte del ritmo económico del país. Pero hoy, más que nunca, ese engranaje exige modernización, coordinación y mirada de largo plazo.
La presión del comercio electrónico, los cambios globales y las brechas internas no solo plantean retos, también abren ventanas para reinventar la operación. Colombia tiene la oportunidad de afinar sus rutas, fortalecer sus cadenas y acelerar el paso. La pregunta es si logrará aprovechar ese impulso para consolidar una logística a la altura de lo que el país demanda.
Fuentes:
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Índice desempeño logístico: https://lpi.worldbank.org/
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