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El diario de trabajo de Blair Imani, historiadora feminista y autora del libro ‘Modern Herstory: Stories of Women and Nonbinary People Rewriting History’

The New York Times Company22-12-2020

Por Leigh-Ann Jackson

¿Quién es Blair Imani?: Historiadora Feministra y autora del libro Modern Herstory.
Blair Imani piensa y habla a un kilómetro por minuto. Esa velocidad le resulta útil cuando la historiadora y activista social está haciendo sus videos de Instagram titulados “Smarter in Seconds”, una serie de pequeños tutoriales que tratan con brevedad temas como el consentimiento, la apropiación cultural y la expresión de género para su audiencia de más de 300.000 seguidores, conocidos como “smarties”.

Un distintivo de la marca de Imani es combinar lecciones progresistas con efectos visuales vibrantes y una elocución alegre y peculiar. En cada publicación, modela una gama caleidoscópica de hiyabs y cuida el color de sus atuendos, maquillaje y manicuras como una curadora de arte. “Crecí en los noventa, así que el eduentretenimiento era mi pan de cada día”, comentó Imani, de 27 años. Añadió que la historia “no tiene por qué ser aburrida. En realidad, es muy emocionante, si te acercas a ella de la manera correcta”.

Imani es autora de “Making Our Way Home: The Great Migration and the Black American dream”, así como de “Modern Herstory: Stories of Women and Nonbinary People Rewriting History”, una colección ilustrada de perfiles breves sobre íconos del movimiento por los derechos civiles o incluso de pioneras menos conocidas de la actualidad.

Entramos en contacto a finales de octubre mientras ella se preparaba para un evento virtual con Ibram X. Kendi, autor de “How to Be an Antiracist”. La conversación trató sobre temas como los obstáculos para votar que enfrentan los ciudadanos de color, el terrorismo doméstico de blancos disfrazado de patriotismo y la importancia de superar la incomodidad personal para aprender y reflexionar sobre el racismo estructural.

Las entrevistas se realizan por correo electrónico, mensajes de texto y llamadas telefónicas; luego se resumen y editan.

Lunes

  • 5:45 a. m.:  me desperté para la ablución (una limpieza ritual también llamada wudu) y la oración del alba hacia la Meca. Me despierto a tiempo para esto casi todas las mañanas y hago mi mayor esfuerzo para no entrar a las redes sociales porque es mi momento de “hablar con Alá”. Luego regreso a la cama.]
     
  • 8 a. m.: Me vuelvo a despertar para preparar mi comida y la de mis perros, Rita y Django, luego los saco a pasear para que le ladren al mundo.
     
  • 9 a. m.: Reviso y vuelvo a revisar la sincronización del audio y los subtítulos en tres videos nuevos de “Smarter in Seconds” antes de publicarlos en Instagram para celebrar el “Día de la Conciencia para la Comunidad Intersexual”.
     
  • Mediodía: Después del almuerzo, ingreso a una sesión de Google Meet con Ren Fernández-Kim y Lady Izdihar. En Instagram nos llamamos las Académicas Honestas (antes éramos las Historiadoras Honestas). Revisamos los datos y conclusiones del contenido que publicamos el domingo en la noche, en el que se exploraba cómo diferentes culturas veían la muerte. Al leer los comentarios, encontramos muchos momentos saludables, audaces y también otros inteligentes pero engreídos. Luego compartimos ideas para nuestra próxima publicación, que será sobre la revolución y el concepto de “poder para la gente”.
  • 1 p. m.: Hago una videollamada con mi prometido, Akeem, que está estudiando en Londres hasta diciembre.
     
  • 2 p. m.: Me reúno con Ren, mi hermana menor y otra amiga más. Nos hicimos la prueba del covid porque quería que nos tomáramos una foto grupal para Halloween, que coincide con mi cumpleaños número 27. Este año, me voy a vestir de Maléfica y ellas serán las hadas madrinas.
     
  • 6 p. m.: Cena con la familia. Vivo en Pasadena, en una casa que está atrás de la de mis papás, y mi mamá cocina todas las noches. Yo ayudo a lavar los trastes después de comer.
     
  • 7 p. m.: Me pongo al corriente con las oraciones del día. Idealmente, los musulmanes deben orar a ciertas horas durante el día, y uno pensaría que ya tengo esa rutina bajo control, sobre todo desde que estoy trabajando en casa. Pero no soy perfecta, y no me gusta fingir que lo soy. Así que seré honesta: me pierdo todas las otras oraciones del día y me pongo al corriente en las oraciones de la noche, o isha.  
     
  • 9 p. m.: Me relajo, hago mi rutina de cuidado del cutis y respondo mensajes directos que me han llegado en Instagram. Soy inusual en el sentido de que leo todos y cada uno de los mensajes directos que recibo y respondo tantos como puedo. Las interacciones con personas son pocas y escasas debido a la pandemia, así que trato de disfrutar las conversaciones cuando me es posible.  
     
  • 10 p. m.: Intenté dormirme temprano, pero, tras recibir bastantes mensajes de mis “smarties” llenos de pena y confusión sobre la confirmación de Amy Coney Barrett me levanté de la cama, me puse el hiyab, encendí mi aro de luz e hice lo que pude por dar un discurso alentador.

Martes

  • 10 a. m.: Nueva publicación en Instagram: una foto mía con un atuendo tipo Rosie la Remachadora y un mensaje sobre ir a votar. En principio iba a ser una lección de historia muy rutinaria sobre el papel de las mujeres negras en la fuerza laboral de la nación, pero quise incluir un poco de motivación, dado el clima político.
     
  • 11 a. m.: Me preparo para la conversación de hoy con Ibram X. Kendi y completo algunas de las actividades en su nueva revista, “Be Antiracist”. También veo alguna de sus entrevistas rápidamente para asegurarme de no hacer algo que me irrita mucho que es repetir las mismas cinco preguntas que los entrevistadores siempre hacen.   
     
  • 2 p. m.: Tengo que ponerme guapa para la charla. Por lo general prefiero una apariencia monocromática, así que la sombra de mis ojos muchas veces combina con mi hiyab. Pero ahora trabajo con un guardarropa reducido porque estoy renovando mi clóset. Unos 15 minutos antes de la charla, publico en Instagram una selfi con la etiqueta #VibeCheck. Me aseguro de que mi teléfono y punto de acceso al wifi estén bien cargados, que los libros de Kendi estén a la mano, y mi familia ya sabe que no debe interrumpirme en la medida de lo posible (mi mamá es famosa por irrumpir en mis eventos en vivo).  
     
  • 3 p. m.: La videollamada con Kendi. Los anfitriones son la librería Loyalty Bookstore, una tienda en Washington.
     
  • 5 p. m.: Tengo un cambio de último minuto para una publicación en colaboración con una marca, así que le pedí al fotógrafo Kaelan Barowsky si podía darse una vuelta para tomar las fotografías. Para esta sesión en particular tuve que treparme a un árbol con plataformas de ante lilas. Ya me había quitado el maquillaje, pero creo que mi rostro natural aportó una apariencia bastante relajada. La publicación fue para recaudar fondos como parte de una campaña de reforestación, así que todo se acomodó muy bien.
     
  • 6 p. m.: Para la cena familiar de hoy comimos lasaña halal. Me emociono cuando mi mamá prepara comidas halal porque eso me dice que le importa mi religión, aunque sea distinta a sus propias creencias.
     
  • 9 p. m.: Me pongo al corriente con mis suscripciones de YouTube. Me gusta ver videos con listas, y generalmente escucho videos de Simon Whistler y Mike Oh mientras me preparo para dormir.

Miércoles

  • 1 p. m.: Después de mi rutina matutina y el almuerzo, acudo a una reunión del consejo de la Tegan and Sara Foundation, un grupo de defensoría de derechos de la comunidad LGBTQ+. Nos centramos en nuestras iniciativas para 2021 y hacemos un resumen del impacto de los fondos de respuesta rápida que les dimos a organizaciones que lidian con los impactos del COVID-19. También informo a la junta sobre una presentación de arte de protesta que hice para uno de nuestros beneficiarios, Camp Brave Trails.  
     
  • 5 p. m.: Reviso las novedades del trabajo con Ren, luego me pongo a trabajar en un sitio web que estoy haciendo para la Fundación Tyrone “Baldy” Davis. En mi tiempo libre, ofrezco mis habilidades en diseño gráfico y mercadotecnia de marcas para ayudar a organizaciones comunitarias.
     
  • 6 p. m.:Tuve que faltar a la cena formal con mi familia por todo el trabajo que debía hacer antes de irme a dormir. En realidad no me esperaba que el miércoles fuera tan ajetreado. Ni siquiera tuve la oportunidad de publicar una historia en Instagram como normalmente lo haría.
     
  • 9 p. m.: Me di cuenta de que el video de un debate feminista con Vice en el que participé el año pasado se estaba haciendo viral otra vez. Eso pasa cada tantos meses porque una de las participantes dijo que había votado en son de broma por Trump después de haber trabajado en la campaña de Bernie Sanders. Mis “smarties” están tan interesados en el video que decidí ponerme en contacto con algunas de las participantes en el debate —Nala Simone Toussaint, Deja Foxx y Kate Robards— para hacer un reencuentro por Zoom.

    Más trabajo. Para cuando me percato de la hora, son las cuatro de la mañana, así que decido reunir fuerzas para quedarme despierta toda la noche y actualizar las cuentas de Académicas Honestas.

Jueves

  • 5:45 a. m.: Rezo adentro porque hace mucho frío esta mañana.
     
  • 8 a. m.: Les doy de comer a los perros y los saco a pasear, pero no demasiado tiempo por el humo y las cenizas que hay en el aire debido a los incendios forestales en el área de Los Ángeles. Luego duermo un par de horas más, me despierto otra vez a las once de la mañana y desayuno.
     
  • 2 p. m.: Durante la reunión de hoy de las Académicas Honestas decidimos que nuestro logotipo debería ser un blasón que nos represente a las tres y nuestra labor como historiadoras y antropólogas.
     
  • 4 p. m.: Publico una pregunta en Instagram para que mis “smarties” puedan contribuir con su opinión a la conversación que estoy por tener con las participantes del debate viral sobre feminismo.
     
  • 6 p. m.: Comienza la reunión en Zoom, y hablamos sobre la famosa frase “Voté de broma” del video de 2019. También comentamos la confirmación de Barrett a la Corte Suprema, la importancia de votar y la exclusión de las mujeres trans en las conversaciones sobre feminismo.
     
  • 7 p. m.: Cena con la familia.
     
  • 8 p. m.: Me pongo al corriente con las oraciones del día.
     
  • 9 p. m.: Termino más responsabilidades laborales, y al final me quedo dormida mucho más temprano de lo normal.

Viernes

  • 11 a. m.: Recibo una oferta de verdad de Ten Speed Press para mi siguiente libro, que estará basado en mi serie “Smarter in Seconds”, y disponible en el otoño de 2021.
     
  • Mediodía: Almuerzo mientras sintonizo la defensa de tesis virtual de Shay-Akil McLean, un genetista evolutivo que es trans y “queer”. La sesión, titulada “Du Bois Meets Darwin”, explica con genialidad la importancia de considerar la raza y el racismo en debates sobre ciencia, genética y biología.  
     
  • 4 p. m.: Casi siempre hablo con Akeem a esta hora, pero no pude comunicarme con él. Decido volver a intentarlo a las 11 p. m., cuando él se despierta en Londres.
     
  • 5 p. m.: Ceno temprano con la familia para poder recoger a tiempo a mi tía del aeropuerto de Los Ángeles.
     
  • 7 p. m.: ¡Sorpresa! Sin saberlo, Akeem viajó de Londres al aeropuerto de Los Ángeles para sorprenderme por mi cumpleaños. Vamos a estar en cuarentena juntos, sin el resto de la familia, hasta que salga negativo en su prueba de covid.

 

c.2020 Harvard Business School Publishing Corp. Distribuido por The New York Times Licensing Group

 

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