Por: Juan Alberto Suárez
Gerente de Maquinaria y Tecnología Bancolombia
La eficiencia energética es un concepto cada vez más relevante para la sostenibilidad de las empresas. En ese contexto, las ventajas que brinda hacer una administración controlada de la demanda de energía van más allá de reducir el pago mensual de este servicio.
En Bancolombia abordamos la eficiencia energética desde dos ópticas, una tiene que ver con las fuentes no convencionales de energía renovable y la otra con la gestión de dicha eficiencia. En el primer caso, encontramos como ejemplo la energía fotovoltaica a través de paneles solares, una solución que se ajusta muy bien a pymes que tienen una buena área y un consumo energético alto durante el día.
En el segundo caso se encuentran aquellas empresas agroindustriales que cuentan con subproductos que pueden ser aprovechados como biomasa para producir energía, como es la cascarilla de arroz proveniente de las arroceras y que se utiliza en procesos de gasificación y quema.
De esa forma, un pasivo ambiental se convierte en un activo que abastece de energía eléctrica la compañía, al tiempo que reduce las emisiones de metano que se producen cuando estos desechos quedan a cielo abierto.
Algo similar ocurre en la industria avícola con la pollinaza, que puede ser utilizada para fabricar compost y fertilizantes o para producir energía. Cuando el empresario se inclina por la primera alternativa debe hacer un análisis exhaustivo de las proyecciones financieras para prevenir pérdidas, teniendo en cuenta que se requieren inversiones adicionales para el proceso. Con la alternativa de biodigestores para la producción de energía también es necesario tener claros los ahorros que se van a generar y el horizonte de tiempo en el cual llegarán al punto óptimo para la organización.
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