Del sueño de tener una casa propia a estar disfrutando con familia y amigos sentado en la sala del hogar propio no hay tantos pasos como crees. Toma papel y lápiz, analiza tu capacidad para dar una cuota inicial y pagar unas cuotas mensuales y averigua en este artículo qué opción de financiación se adapta a tus sueños.
Del sueño de tener una casa propia a estar disfrutando con familia y amigos sentado en la sala del hogar propio no hay tantos pasos como crees. Toma papel y lápiz, analiza tu capacidad para dar una cuota inicial y pagar unas cuotas mensuales y averigua en este artículo qué opción de financiación se adapta a tus sueños.
Nada como terminar el día sentado en el sofá, rodeado de cajas y muebles; cansado por lo afanes del trasteo, y con la certeza de estar bajo el techo de la vivienda propia.
Estrenar casa o apartamento no solo nos permite sentir que tenemos un lugar en el mundo sino también que nuestro patrimonio es sólido y el futuro familiar y propio está protegido.
Conseguir un nuevo hogar es un sueño recurrente para muchos, ya sea porque nunca lo han tenido o porque desean un cambio de vida en el que se incluya otro vecindario, nuevos vecinos.
Pero todos los sueños, si valen la pena, se enfrentan a terrenos desconocidos que nos generan nuevos aprendizajes y, en el caso de adquirir inmueble, la financiación es uno de ellos.
Afortunadamente, existen soluciones en este sentido que permiten ya sea contar con liquidez inmediata o pagar un arriendo durante un tiempo establecido hasta poder decidir si comprarlo o no. Conozcamos las opciones:
Como su nombre lo indica, el Crédito Hipotecario permite contar con el dinero en un plazo muy corto para comprar vivienda nueva o usada, aunque antes la entidad financiera con la que se solicite el mismo deba hacer previamente un estudio de riesgo crediticio y una revisión de las condiciones del mismo.
El monto, que no excede el 70% u 80% del valor del inmueble, puede ser girado a la cuenta del solicitante o directamente a la del propietario del inmueble (generalmente una empresa constructora o una persona).
Tanto la tasa de interés (el porcentaje periódico a pagar por intereses durante el plazo del préstamo) como la cuota pueden ser variables o fijas, según las proyecciones financieras que simule la entidad prestadora y que escojas de acuerdo a la necesidad.
El valor de la cuota varía de acuerdo a si la financiación se hace en pesos, que suele ir acompañado de una cuota fija, o en Unidad de Valor Real (UVR), con una cuota variable.
La UVR representa un valor monetario (sin existencia física) que puede variar diariamente. Éste último se basa en el índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes inmediatamente anterior, y se usa para calcular el costo de los préstamos de vivienda.
Esta modalidad permite a las personas pagar una cuota mensual que se asemeja a un arrendamiento durante un período concertado con la entidad prestadora. Una vez cumplido el tiempo, el beneficiario del leasing se hace propietario del inmueble.
Al principio la casa o apartamento quedan a nombre de la entidad financiera que hace el préstamo, quien la entrega a su cliente bajo una modalidad de pago llamada “Leasing Financiero”, esto quiere decir que a medida que vas pagando las cuotas vas adquiriendo derechos sobre el inmueble y poco a poco te vas convirtiendo en el dueño de este.
Quien adquiere el compromiso con la entidad financiera, ya sea por crédito o por leasing, deberá pagarle a esta en cuotas periódicas (que suelen ser mensuales e incluir capital e interés), y toma la decisión de buscar una u otra solución de financiación con base en algunos elementos:
Monto a solicitar:
Plazo:
Periodicidad: