Sin embargo, “la monita”, como la llaman todos, se animó y con el tiempo la gente entendió que la sucursal venía de la mano con el crecimiento de la economía de San Luis. El éxito de la señora López se debe a que abre todos los días, desde las ocho de la mañana, hasta las ocho de la noche; a que con paciencia atiende a los más de 400 clientes que llegan a diario para enviar dinero a algún familiar o retirar lo de sus quincenas; a que les explica a los más nuevos cómo usar las aplicaciones del banco para hacerles más sencilla la vida; y a que jamás deja que un cliente se vaya sin su dinero. “Lo que más agradece la gente es la atención y el cariño con el que los atiendo. Por eso, siempre vuelven, ya sea por una compra que necesitan, para retirar dinero o para saludar”, dice con satisfacción. Y tanto esfuerzo tiene recompensas. Da empleo a dos personas: Edward Colorado, que atiende la sucursal bancaria, y Adriana Gómez, la miscelánea. “Ambos son unas personas muy nobles y trabajadoras, con quienes hemos hecho una relación de amistad”.

Cuando quieren celebrar un buen día o un cumpleaños, María Janeth los invita a una deliciosa cena con pizza. Con el fruto de sus negocios, María Janeth sostiene su casa, en la que vive con su mamá, y además ayuda a su hermana y a sus tres sobrinos. Y cada vez, con el buen viento que llevan la miscelánea y la sucursal bancaria, tiene más tiempo libre para disfrutar de hacer las cosas que más le gustan: montar en bicicleta y nadar en el río Dormilón.