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La tienda de la empatía

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La Tienda de la Empatía,
allí donde confluyen las comunidades de Colombia

Claudia García Jaramillo, periodista y politóloga, encontró su pasión en ayudar a las comunidades de Colombia. Gracias a un proyecto de comercialización, con pagos justos y sin intermediarios, 70 comunidades del país hoy ofrecen sus artesanías y productos del campo en mercados nacionales e internacionales.


Empatía es el sentimiento contundente de ponerse en el lugar del otro. Ese mismo es el que ha movido a Claudia, quien, tras un trabajo de investigación en el año 2009,  como directora de la Fundación Semana, en la región de Los Montes de María, entre Sucre y Bolívar; se conectó con las comunidades, con sus necesidades, con sus sueños y con su realidad. 

A raíz de lo que vio y de entender su capacidad de aportar a una región que había estado azotada por la violencia, Claudia se independizó y creó con dos socias, María Cabal y Beatriz Cabonell, la consultora La Empatía, con el fin de estructurar proyectos para el desarrollo social del territorio, articulando al sector público con el privado.  

El primer proyecto se creó con un grupo de mujeres de Mampuján, en la misma región, con la necesidad inminente de desahogarse y de sanar sus heridas. Con La Empatía, hallaron la forma de que estas mujeres se encontraran para tejer. En ese momento no imaginaron que lo que realmente estaban tejiendo era su futuro. Fue así como surgió un movimiento en el cual, a través de los telares con temáticas de reconciliación, lograron hacer fuertes procesos de sanación que las llevaron a ser reconocidas con el Premio Nacional de Paz. 

En 2020, tras la llegada de la pandemia, Claudia tuvo una gran idea para que las mujeres de Mampuján pudieran hacerle frente a la crisis. Les sugirió tejer tapabocas con las imágenes de aquellos telares que se habían vuelto tan conocidos. Sin pensarlo dos veces, ellas se pusieron manos a la obra. Claudia aprovechó las circunstancias, contactó a otras 70 comunidades de Colombia, y creó La Tienda de la Empatía, con dos objetivos principales: el primero, vender los productos artesanales o agrarios (telares, mieles, cacao, café, pimienta, flor de Jamaica, ajonjolí, entre otros) de las comunidades, sin intermediarios. El segundo, ser una vitrina  para que logren tener otros canales de comercialización, así como encadenamientos con restaurantes y proveedurías. 

Desde que nació La Tienda de la Empatía, que cuenta con plataforma virtual y tienda física en Bogotá, cerca de 60 proyectos, de 70 comunidades y organizaciones diferentes (mujeres wayú, de Mampuján, personas en proceso de reincorporación y reintegración, entre otros) y con un portafolio de más de 400 productos, han logrado un aumento significativo en ventas. Lo que se traduce, por supuesto, en una mejor calidad de vida para cada una de esas personas, sus familias y sus pueblos. Estos emprendedores también han logrado convertirse en proveedores de empresas como Crepes & Waffles y Wok, además de hacer de la Tienda de la Empatía un epicentro de oportunidades regionales, a través de encuentros gastronómicos y culturales.  

En consecuencia con los valores de la tienda, Claudia y sus socias encontraron en Bancolombia una empresa totalmente alineada con su espíritu: trabajar por las regiones, y visibilizar los saberes y haceres ancestrales de las comunidades. Pero, más allá de solo identificarse con el mismo sentir, el banco es uno de los cuatro grandes patrocinadores -junto a W Radio, Telefónica y Alliance- que respaldan y promueven a La Tienda de la Empatía y sus artesanos. 

Así mismo, Bancolombia ha sido un gran apoyo para formalizar y bancarizar a todos los emprendedores de las 70 asociaciones colombianas; también para mejorar sus sistemas de información y prestarles educación financiera con el fin de generar ese cambio trascendental entre la economía de subsistencia y la economía de mercado.

La Tienda de la Empatía quiere que la gente pueda vivir bien haciendo lo que sabe hacer, sin tener que abandonar su territorio. “Ahí está la magia”, dice Claudia, quien también hace las veces de puente entre estas comunidades y organizaciones internacionales como USAID, la ANDI y ONU Mujeres.

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