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Una adecuada planeación estratégica es clave para impulsar el crecimiento de cualquier empresa. Para que un ejercicio de este tipo llegue a feliz término, debe desarrollarse paso a paso, utilizando herramientas metodológicas e involucrando a todos los miembros de la organización.

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Propósitos principales Andi

De acuerdo con Martha Cecilia García, de la Dirección de Estrategia de Bancolombia, la planeación estratégica puede ser definida como un marco de actuación que permite empoderar a los equipos para que tomen decisiones basadas en los lineamientos establecidos en el planteamiento estratégico, de manera que sepan dónde enfocar tiempo, gente y dinero.

Aunque a veces la planeación se desestime en organizaciones de tamaño pequeño o mediano, porque se considera que no tienen el tiempo o los recursos necesarios para invertir en ello o que sus negocios pueden ser tan cambiantes que la planeación tiene una fecha de caducidad tan cercana que no vale la pena el esfuerzo, García es enfática al afirmar que las pymes deben planear para tener claro el norte, eso sí para que dicho ejercicio dé fruto deben usar un enfoque adaptativo con el que se aproveche cualquier espacio para analizar los desafíos estratégicos o las oportunidades, y propongan cómo gestionarlas.

“La planeación estratégica es importante para todo tipo de compañías, porque aún en tiempos de cambios exponenciales, como los que estamos viviendo, es necesario tener un norte que nos indique hacia dónde se dirige la empresa, con el fin de movilizar la organización alrededor de esa visión y lo que tienen que hacer las personas para llegar allá”, explica.

¿Cuándo planear?

¿Cómo planear?

Para hacer una buena planeación estratégica Gómez señala que es fundamental que exista un compromiso total de la junta directiva y del director general, pues si esta no cuenta con el apoyo de los altos directivos, puede fracasar.

También es recomendable contar con la visión de un externo, que tenga experiencia en este tema, y contribuya con la metodología del proceso.

A la hora de hacer un ejercicio de planeación, el directivo del Business School del Inalde sugiere seguir tres pasos:

  1. Hacer un análisis o diagnóstico.
  2. Tomar las decisiones estratégicas.
  3. Ejecutar y hacer seguimiento a dicha planeación.

Para cada una de estas etapas, existen una serie de herramientas que apoyan el proceso.

Así, por ejemplo, a la hora de realizar el diagnóstico de la organización es clave utilizar herramientas metodológicas que ayuden a obtener información, como es el caso de la Matriz DOFA (también conocida como matriz FODA o análisis SWOT en inglés), sigla que proviene de Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas. Se dice que esta puede ser aplicada a cualquier situación y que es como si se tomara una radiografía de la misma.

Las variables analizadas y lo que ellas representan en la matriz son particulares de ese momento. Luego de analizarlas, se deberán tomar decisiones estratégicas para mejorar la situación actual en el futuro.

Otras herramientas que se utilizan en esta primera fase son el análisis del entorno, que permite efectuar un examen temprano del contexto en el que se realizará la planeación, y el análisis de las fuerzas competitivas, o mejor conocidas como las Cinco fuerzas de Porter, un modelo estratégico que establece un marco para analizar el nivel de competencia dentro de una industria, y poder desarrollar una estrategia de negocio.

Las cinco fuerzas de Porter incluyen 3 de competencia vertical:

  1. Amenaza de productos sustitutos.
  2. Amenaza de nuevos entrantes o competidores en la industria.
  3. La rivalidad entre competidores.

Así como 2 fuerzas de competencia horizontal:

  1. El poder de negociación de los proveedores.
  2. El poder de negociación de los clientes.

Con el diagnóstico realizado y discutido, la organización procede a diseñar, formular y seleccionar las estrategias que quiere ejecutar. “Lo más relevante de este proceso consiste en que la empresa defina claramente preguntas como: ¿cuál es mi ventaja competitiva?, ¿de qué manera creo y entrego valor a mis clientes?”, dice Gómez, quien añade que en este punto la organización piensa su modelo de negocio y lo ajusta, según los resultados de la evaluación. De esta fase deben surgir, de manera articulada con el diagnóstico, las estrategias, planes de acción, iniciativas y proyectos que permitirán alcanzar los objetivos de la empresa.

Y, finalmente, para ejecutar adecuadamente la planeación, es recomendable que los directivos se apoyen en el cuadro de mando integral (CMI), que ayuda a definir los indicadores más importantes y hacerles seguimiento; así como en los indicadores de gestión, que les permitirá saber si la empresa va en el camino correcto.

Algunas recomendaciones

Martha Cecilia García, de la Dirección de Estrategia de Bancolombia, resalta que es muy importante que los directivos de la organización tengan foco y aprendan a hacer renuncias, sobre todo en empresas pequeñas donde los recursos son más limitados. También, que tengan claro que si bien habrá una visión planeada que le dé orientación a la empresa, se deben potenciar la flexibilidad y la reactividad para adaptarse a los acontecimientos actuales, que permitan una convivencia entre estrategias planeadas y estrategias emergentes, que son las que resultan del aprendizaje adquirido en el camino.

Para crear un plan que sea ambicioso y al mismo tiempo realista, García recomienda:

  • Conocer la situación actual de la empresa: tener claridad sobre aspectos externos como las tendencias del mercado, las necesidades de los consumidores y el ambiente competitivo, y sobre aspectos internos como las competencias de la organización.
  • Identificar los aspectos más relevantes en la industria: aquellos factores determinantes de la ventaja competitiva, y que por lo tanto requieren la atención completa e inmediata de los líderes de la compañía.
  • Definir las metas estratégicas para el próximo año: establecer objetivos claros y medibles asociados a los temas prioritarios. Una imagen clara de lo que parece el éxito, de manera que la gente pueda ver una línea de meta y mantenga el interés por acercarse a ella.
  • Proponer planes de acción encaminados a potenciar los aspectos identificados como los más relevantes: dar respuesta a la pregunta ¿qué debe suceder en el año siguiente para acercarse a la visión estratégica? En este punto es muy importante priorizar, no tener demasiados temas a desarrollar en un solo año para poderse enfocar.
  • Comunicar, comunicar y comunicar: el plan con las grandes apuestas y las metas medibles debe ser comunicado permanentemente para que todos en la empresa entiendan el papel que desempeñan en el logro de los objetivos. La comunicación es la llave para que el plan pueda ser entendido y ejecutado.
  • Ofrecer recompensas: los empleados necesitan entender cómo pueden ayudar a ejecutar la estrategia y lo que recibirán cuando la compañía alcance su meta.
  • Hacer seguimiento regularmente: con el fin de identificar posibles ajustes por realizar.
Temas clave:

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