Programa AMTEC: tecnología para mejorar la producción de arroz

AMTEC (Adopción Masiva de Tecnología) es un programa de Fedearroz (Federación Nacional de Arroceros) y un modelo de transferencia tecnológica mediante el cual se brinda una asistencia técnica integral a los productores. Por medio de él, se les asesora en todas las etapas de la producción, desde la siembra hasta la comercialización, con el propósito de abarcar todos los eslabones de la cadena productiva.

El programa se fundamenta en el conocimiento y la investigación generados por Fedearroz en sus 30 años de trayectoria. Adoptar esta tecnología para el manejo de los cultivos se refleja en una producción más eficiente, una mayor competitividad, más rendimientos e ingresos y menores costos de producción. Además, permite preservar los recursos naturales y desarrollar prácticas de responsabilidad social con impacto.

AMTEC se compone de tres principios con sus propias etapas que atraviesan todas las fases de producción de arroz. Seguirlos es clave para que la implementación del programa sea exitosa, estos son:

Actividad previa al inicio del programa para saber el estado de la empresa arrocera y las limitaciones que le impiden alcanzar la competitividad. Se divide en tres componentes:

1. Análisis de las campañas anteriores: se revisan los limitantes de la productividad, la rentabilidad, los costos de producción, la calidad del producto obtenido, el inventario de bienes y servicios, el grado de conocimiento sobre el cultivo y el compromiso de la empresa con los resultados.
    
2. Análisis del proceso productivo: se observa la eficacia y oportunidad en las labores, la calidad de los materiales, la época ideal de siembra, la disponibilidad de maquinaria e implementos, los limitantes de la producción, las alternativas de rotación de insumos y con otros cultivos, los costos de elaboración y la administración del sistema productivo.
    
3. Alcance y proyección de la empresa: se analizan de cara al futuro la rentabilidad, la calidad del producto que se puede obtener, el potencial productivo, los recursos disponibles, el crecimiento tecnológico, económico y social de la organización frente al cambio climático y los tratados comerciales, la inversión o ahorro para crear empresa y los retos que pueden afectar la producción.

Se organizan las actividades e inversiones en aspectos económicos, sociales, agronómicos y culturales:

1. Planificación económica y financiera: incluye establecer las necesidades de recursos para la campaña (maquinaria, materiales, mano de obra, capital, créditos), planificar los gastos según las actividades planeadas, así como las limitaciones tecnológicas y la oferta ambiental. Se elabora el flujo de caja y los costos de producción. Además, se obtienen los insumos y el personal necesario.
    
2. Planificación agronómica: consta de elaborar un cronograma de actividades, mantener su registro al día y evaluar cada labor realizada, establecer y planificar el inventario de la finca, chequear periódicamente los gastos, identificar la mejor época de siembra y calibrar los equipos e implementos antes de realizar cualquier tarea. 

Como puntos básicos sobre el manejo agronómico, según la metodología de AMTEC, es necesario tener en cuenta:

1. Época de siembra y selección de la variedad: es el periodo en el cual el clima, la radiación solar y las temperaturas son variables óptimas para el crecimiento y desarrollo del cultivo. La planta de arroz pasa por tres fases (vegetativa, reproductiva y maduración) y en cada una requiere un número diferente de calorías/cm²/día. Por otro lado, al seleccionar una variedad, se debe tener en cuenta aspectos como su procedencia genética, el tipo de grano, el vigor de macollamiento (producción de tallos secundarios), tolerancia a plagas, requerimientos nutricionales, entre otros.
    
2. Componentes del suelo: físicos (compactación, porosidad e infiltración, textura y estructura), cuando no se den estas condiciones, se debe descompactar, micronivelar y aumentar la capacidad de retención de humedad de los suelos. Químicos (N, P, Ka, Ca, Mg, S, Fe, B, Cu, Zn, Mn, Mo y Cl), mediante la fertilización se pueden corregir sus deficiencias. Biológicos (bacterias, actinobacterias, hongos, algas y protozoarios), la cantidad y el tipo de microorganismos son cruciales para la evolución de la planta.
    
3. Preparación y adecuación de suelos: prácticas que permiten lograr un mejor cultivo en relación con la población y el manejo de agua, como realizar la estructuración escalonada para que haya aireación. Para la labranza se requiere el uso de equipos adecuados y calibrados. El número de pases con desyerbador depende de los componentes del suelo, su topografía, diseños de riego y drenaje.
    
4. Riego, drenaje y uso racional del agua:  se debe hacer el levantamiento topográfico para el diseño del riego, construir reservorios para tener agua durante las sequías, reducir el tamaño de los predios para que el riego sea más eficiente, realizar mantenimiento a los canales para evitar su sedimentación, determinar entradas y salidas del desagüe, mantener la humedad después del macollamiento, entre otros.
    
5. Siembra y densidad de plantas: la población de plantas es el número mínimo de unidades por área que garantizan un buen rendimiento. En épocas ideales se debe contar con entre 250 y 300 por metro cuadrado para obtener alrededor de 450 y 500 panículas (prolongaciones de los tallos a partir de su último nudo) por metro cuadrado y entre 40.000 y 50.000 granos/m².
    
6. Nutrición oportuna y balanceada: cada variedad de arroz requiere nutrientes en cantidades diferentes y cada suelo posee concentraciones diversas de estos. La correcta toma depende de la fuente que se use como suplemento, la preparación y propiedades físicas de la superficie, las condiciones del clima, la presencia de microorganismos transformadores, el riego, entre otros factores.
    
7. Monitoreo y manejo fitosanitario: el cultivo de arroz debe estar libre de arvenses (plantas o malezas que generan competencia), por lo que es necesario tomar muestras del suelo para identificarlas y saber cómo controlarlas. Los insectos son otro “enemigo” que se controla al realizar muestreos de la superficie para conocer que tratamientos preventivos desplegar o qué insecticidas o fungicidas aplicar. Una práctica eficaz para combatirlos es usar semilla certificada.
    
8. Cosecha: la madurez y la humedad del grano (22° a 25°) son determinantes en el cultivo del arroz. El momento óptimo para la cosecha es cuando la panícula alcanza la madurez fisiológica. Para evitar que los rendimientos se reduzcan, es clave calibrar las combinadas (cosechadora, segadora o trilladora) a una velocidad de 2 a 3 km/hora y una velocidad del molinete de 18 a 20 rpm para variedades de desgrane normal y de 16 rpm para tipos de desgrane fácil.

La vida de Carlos es el campo. 40 años de paisajes, trabajo duro y los frutos de la cosecha son su cotidianidad. ¿De quién aprendió? De papá. Con el tiempo llevó todos esos conocimientos a su terreno en El Espinal, Tolima. Su historia demuestra 2 cosas: lo rentable que es aplicar las nuevas tecnologías en los negocios agrícolas y lo valioso que es tener una idea clara de cuál es el camino a seguir. Así es como él logró mejorar el rendimiento de su producto e innovar en sus cultivos. 

Él aprendió a combinar los beneficios de la tecnología con su conocimiento para sembrar arroz, maíz, soya y algodón. Carlos decidió cultivar este cereal por dos factores. El primero, Tolima cuenta con la disponibilidad de agua que requiere el producto y, el segundo, la producción de arroz de El Espinal es impresionante. Ha sido una de las más altas del país durante cuatro años.  

Carlos ha mejorado la producción de arroz por medio de estas estrategias:  

• Implementa maquinaria de última generación. Es pionero en El Espinal en usar tractores guiados por GPS (en los cuales se hace un trazado previo que luego se conecta a la computadora del equipo) con esto ahorra costos en la operación, disminuye los tiempos de cosecha y aumenta la eficacia de la producción.
• Emplea drones para fumigar y ser más preciso al aplicar productos químicos.
• Compra insumos de calidad, así los precios se eleven. Sabe, por ejemplo, que la aplicación de fertilizantes es muy importante para evitar hongos en el cultivo.
• Cuenta con un esquema de trabajo ordenado, claro y moderno para gestionar y expandir el negocio.

Un negocio en el agro no es fácil y por eso Carlos les recomendaría a los productores que, primero, utilicen un semillero que garantice variedades certificadas y adecuadas para el suelo y, segundo, que se apoyen en gente con experiencia para adquirir más conocimiento y aplicarlo en el cultivo.  

Lo que viene para Carlos es mantener sus hectáreas actuales y continuar implementando tecnología de punta. Se dio cuenta que la maquinaria es fundamental para obtener mejor calidad. Además, seguirá poniéndole pasión a lo que hace, pues no se imagina haciendo otra cosa que no sea aportando al desarrollo del campo que tanto le encanta.