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El exceso de positivismo o ‘positivismo tóxico’ dificulta el desarrollo de líderes que propongan soluciones asertivas y respondan a los desafíos de sus negocios. Lograr un balance es esencial para mantener una buena actitud sin perder de vista el foco en la empresa y el mercado. En este artículo te contamos los riesgos y consecuencias del positivismo tóxico, así como las acciones que puedes llevar a cabo para contrarrestarlo

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Contenido del artículo

- ¿De dónde viene el positivismo tóxico?
- Las consecuencias del exceso de positivismo
- Un detonante del estrés
- ¿Cómo contrarrestar el exceso de positivismo?


¿De dónde viene el positivismo tóxico?

Después de la Segunda Guerra Mundial, mientras la humanidad experimentaba un periodo de abundancia y bienestar, nació la psicología positiva que estudiaba las bases del bienestar humano y los aspectos que dan valor a la vida. Esta área de estudio se malinterpretó y algunos de sus promotores divulgaron que la única opción viable era vivir en un estado de eterna gratitud. “Estamos bien, todo está bien”, decían.

Esa premisa de que “el sol sale para todos” dio origen a una tendencia conocida como ‘positivismo tóxico’, que promete resolver todos los problemas de la existencia con unos tips simples, basados en el pensamiento positivo y en aislarse de todo aquello que puede ocasionar sufrimiento o miedo. Esta tendencia, además de suponer una manera simplista de vivir, no genera bienestar y, más bien, puede ocasionar afectaciones emocionales.

 

Comillas

“Los positivos tóxicos son positivos en extremo que niegan la presencia del mal, el sufrimiento, la traición o la deslealtad. A esto podríamos llamarle también ‘felicidatría’, que es la adoración a la felicidad o la imposición de que siempre debemos sentirnos bien, estar alegres o tranquilos, lo que nos aleja de una vida real”.

Andrés Ramírez, socio de Plurum, firma de consultoría en talento humano y experta en modelos de compensación.

 

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Las consecuencias del exceso de positivismo

Según Ramírez, el exceso de positivismo en las empresas puede conducir a un liderazgo contraproducente. El foco en los sentimientos exclusivos de felicidad y tranquilidad puede llevar a los líderes a perder la noción de una realidad que, a menudo, está llena de retos como:

  • Lograr metas en ventas.
  • No ceder terreno frente a la competencia.
  • Estar a la vanguardia tecnológica para cumplir los requerimientos de ley y no perder una porción del mercado.

 

El experto señala que los líderes pueden caer fácilmente en el mundo del “hakuna matata”, que significa “no hay problema”. En él, los leones no se comen a los jabalíes y todo se ve color de rosa, mientras que, el resto del mundo se enfrenta a desafíos de gran calibre. Teniendo en cuenta este contexto, los líderes no ven la necesidad de buscar soluciones porque, bajo su concepto, no hay problemas que puedan afectarlos. Esto también disminuye su capacidad de innovación en procesos, desarrollos, productos o servicios.

En ese sentido:

No me gustaUn positivo tóxico no está preparado para asumir un rol que debe sortear con habilidades técnicas y blandas como las de comunicar, inspirar, confiar y delegar. Tampoco es capaz de retener y analizar la información que se le presenta para actuar de la forma más adecuada. Ese comportamiento no solo es agotador, sino que impide construir y fortalecer capacidades fundamentales como la resiliencia, para poder enfrentarse a escenarios adversos.

 

Me gustaUn positivo realista se caracteriza por su tolerancia al fracaso y la disposición firme y constante para actuar en diferentes contextos. Su visión le permite buscar alternativas —sin negar el sufrimiento o la realidad—; enfrentar los obstáculos y reconocer lo que no se puede controlar. Una persona así plantea posibles escenarios frente a un reto y se fía de los datos para hacer elecciones que resulten adecuadas para el negocio.

 

 

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Un detonante del estrés

El exceso de positivismo también se asocia con el incremento del estrés. En esencia, las personas con exceso de positivismo tienden a negar las circunstancias complejas en su empresa por lo que pueden caer fácilmente en la procrastinación y en el aplazamiento de decisiones clave.

La falta de decisiones oportunas y asertivas puede agravar los conflictos y retos, con lo cual, la burbuja de optimismo se revienta en escenarios mucho más desafiantes. Dado que el estrés es un factor inherente al ser humano, es fundamental desarrollar la capacidad de autobservación para identificar tanto las emociones como los pensamientos asociados a él y gestionarlos de manera adecuada y oportuna.

Entre la comunidad científica, adicionalmente, existe un consenso con respecto a que una emoción no reconocida termina por reflejarse en enfermedades que van desde la úlcera hasta el cáncer. Una razón de más para decidirse a enfrentar las emociones menos placenteras, encontrar su origen y tomar correctivos.

 

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¿Cómo contrarrestar el exceso de positivismo?

Para empezar a superar el exceso de positivismo en una empresa, Andrés Ramírez sugiere revisar la narrativa o los mensajes en torno a los cuales gira el negocio y las relaciones con los empleados.  “Estamos generando una toxicidad narrativa y cayendo en exceso de positivismo cuando proponemos que todos deben estar conectados con el propósito de la organización. Es más responsable que los líderes se conecten con el propósito de su gente y generen un vínculo donde haya reciprocidad, pues es tan lícito que alguien esté conectado con ese propósito como que alguien solo trabaje para pagar sus cuentas”, aclara Ramírez.

Finalmente, para superar el exceso de positivismo en la rutina diaria de una compañía se sugiere:

  • Contar con personas que vean la realidad o revisen los hechos de manera neutral, no desde la creencia de que son positivos o negativos, sino desde las situaciones que ameritan una intervención oportuna.
  • Observar el entorno para identificar oportunidades y amenazas para la empresa. Anticipar potenciales riesgos de manera racional trae beneficios en términos de prevención de pérdidas de dinero, o en la generación de acciones para mantener un lugar en el mercado.
  • Cultivar un ambiente de respeto y responsabilidad con los resultados ayuda a las personas a enfocarse en tareas específicas, más allá de la posición que puedan tener con respecto al contexto general.
  • Generar espacios de discusión sobre los desafíos de la empresa, análisis del entorno y posibles alternativas de actuación para tener argumentos al tomar decisiones importantes en momentos cruciales.
  • Preparar a los líderes en habilidades técnicas y blandas. Esto les ayudará a reconocer el origen de su malestar y actuar de manera asertiva. Además, permite liderar desde la confianza, cuidar a los empleados actuales y atraer talento.

 

 

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