Dime en qué inviertes y te diré quién eres

Estamos en un momento del mundo en el que los consumidores tenemos más poder que nunca, pues, al respaldar una empresa apoyamos los valores que esa marca refleja. Así mismo, dejar de apoyarla cuando vemos que no va con nosotros puede tener consecuencias económicas importantes. Simplemente piensa en lo que sucedió en los últimos años con las empresas que fabricaban pitillos: nos dimos cuenta del impacto que los pitillos generaban en la fauna marina y como sociedad hubo una movilización masiva para dejar de utilizarlo. Como consecuencia, las empresas tuvieron que reinventarse y encontrar un producto o negocio sustituto que no genere semejante impacto ambiental causando grandes consecuencias económicas, pero también un cambio radical.

Además, hoy tenemos más información que nunca para facilitar nuestra tarea de hacer una revisión más juiciosa de las empresas a las que apoyamos: hay certificaciones en buenas prácticas ASG (ambientales, sociales y de gobierno). La mayoría de las empresas divulgan información esencial sobre su forma de hacer las cosas y sus valores, las redes sociales y las noticias nos muestran algunas caras oscuras de las empresas y está creciendo una nueva cultura de consumo crítico en la que nos interesa conocer más de las marcas que consumimos.

Esta historia parece muy interesante y bonita, pero ¿qué puedes hacer realmente para alinear tus inversiones con tus valores? Te damos 4 formas en las que puedes empezar.

1. Evitar lo que no va contigo: piensa en cómo te sentirías si te das cuenta de que inviertes en una empresa que apoye actividades ilegales, que tenga actos de corrupción demostrados o que activamente contamine el ambiente. Si te sientes incómodo/a con estas situaciones, puedes evitar inversiones en esos sectores o esas empresas puntuales.

2. Busca inversiones que vayan con tus valores. Si para ti es importante la sostenibilidad, el cuidado del medio ambiente, la justicia social o el apoyo a comunidades locales, esto se puede ver reflejado en las inversiones que seleccionas. Por ejemplo, si inviertes en acciones puedes seleccionar aquellas de empresas que reflejen una política de compromiso con el ambiente, la sociedad y la gobernanza que tengan altos estándares y que vaya más allá de lo que esperamos de ellas. También existen fondos accionarios especializados en seleccionar empresas con estos alto estándares. También puedes seleccionar un fondo de inversión colectiva como el Renta Sostenible Global que se especializa en seleccionar cuidadosamente empresas con altos estándares de sostenibilidad.

3. Buscar impacto más allá: hoy existen muchas empresas o emprendimientos que no se conforman con seguir estándares básicos o buenas prácticas sostenibles, sino que van más allá en la generación de impactos reales y profundos en los entornos que los rodean. Invertir en este tipo de empresas te permite, a través de ellas, aportar tu propio granito de arena en la construcción de un mundo mejor, te permite trascender y dejar una huella positiva en el mundo. De este modo, obtienes al mismo tiempo beneficios económicos y la tranquilidad de saber que contribuiste y fuiste más allá de un interés monetario.

4. También es un buen negocio: además de ser importante para ti, se ha demostrado que estas empresas tienen mejores rendimientos en el largo plazo, así que sí es posible alinear tus valores personales con tus propósitos financieros, pero además este tipo de inversiones te dan un retorno emocional superior.

¿Qué piensas? ¿Te animas a ser más crítico con tus inversiones, a hacerlas una expresión de tus valores personales y una forma de ayudar a construir un mundo mejor?

Puedes empezar con tu primera inversión sostenible en el Fondo Renta Sostenible Global haciendo clic acá.